PabloMedina; MADURO BUSCA UN NUEVO SPARRING.

En Venezuela no hay estúpidos. Un gentío se hace, que es otra cosa. Pero, eso sí: quienes
están jugando a la casita de las elecciones primarias de la oposición están bien enredados
con el país. ¡Claro, si es que a ellos eso le importa!

 

El régimen, con su cuento de Elecciones Libres, es el primer interesado en la aparición de
un nuevo esparrin para Maduro en el 2024. Pero cada día que pasa, cada nuevo suceso que
crean en sus laboratorios de inteligencia para la maldad, la oposición gobiernera se raya
más y más.

 

El fallo de María Corina Machado, la inhabilitación política de la cual ha sido objeto,
consiste en el más reciente distractor construido por régimen; su última creación. El último
modelito para que miremos para el otro lado, y desenfocar al venezolano de la verdadera
verdad del país.

 

Porque Miraflores y sus cubanos tienen que intentar mantener constantemente la atención
del país, fuera de la macabra realidad de la Venezuela en la que viven los venezolanos de
hoy.

Así, mientras que el venezolano se hunde cada vez más en la ruina de un país que ya
no es de nosotros, el régimen frota la Lámpara y aparecen nuevas travesuras para tratar de
hacernos perder la atención de lo que realmente le importa a la gente. El régimen se ha
convertido en un poderoso artista, en un Houdini del ilusionismo y del engaño colectivo.

Con la “tragedia” que significa para la democracia “crédula” del país la inhabilitación como
candidata presidencial de María Corina Machado, Miraflores busca que se olvide o que se
le reste importancia a los cortes de luz. O a la falta de agua, o a los salarios y pensiones
pagados en bolívares dentro de una economía donde todo se compra en dólares.

O a la crónica situación de nuestros maestros y de la educación en el país. O el agotamiento de la
gasolina en un país petrolero con unos iraníes-Superman que llevan 2 años arreglando las
refinerías que nunca arreglan, y un millón de etcétera más que no caben en este micro. Pero
que usted, usted y usted que me está escuchando o que me está leyendo, le toca sufrir en la
Venezuela del Siglo XXI.

En Venezuela nos podemos pasar lo que nos queda de vida útil recordando las trampas que
Chávez ordenó llevar a cabo para que el Referéndum Revocatorio del 2004, que lo dejó
atornillado en el poder. O las veces que él, Jorge Rodríguez y el resto de sus secuaces
hicieron fraude electoral en las tantísimas consultas sobre las reformas constitucionales.

O cuando le gano, también haciendo fraude, las elecciones presidenciales a Rosales y a
Capriles meses antes de morirse.

Ni hablar de las “travesuras electorales” del colombiano, quien también perdió frente a Capriles y dejó abierta,

por simple culillo, una válvula de escape con la aceptación de los resultados reales que se produjeron en la elección de la Asamblea de 2015, para que nadie dijera que aquello era una dictadura.

A sabiendas que luego le haría sabotaje con el cuento de los diputados indígenas, las sanciones del TSJ y el
abuso de los poderes nacionales al servicio de estos delincuentes.

El régimen, ellos mismos, inflaron a María Corina y ellos mismos la bajaron, como a piñata
con mecate y polea. Ya se buscarán a otro que les haga de tonto útil, para continuar con la
guachafita de la falsa democracia.

El asunto es no caer más en este enredo de locos muy bien armado por un grupo de
cuerdos, que están bien interesados en que todos nos entretengamos en lamentos a
pobrecitos y en rezos a ídolos rotos.

Porque si eso es lo que el régimen busca, pues eso es
justamente lo que NO hay que darle, ni siquiera un vaso de agua, nada de nada.

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