Dos de los líderes religiosos más importantes del mundo se han envuelto en un cruce de palabras y tensiones pocas veces visto en la historia reciente del cristianismo.

Cirilo y Francisco mantuvieron una reunión histórica en Cuba en febrero de 2016.
¿El motivo?: la guerra en Ucrania.
El papa Francisco, cabeza del catolicismo, pidió al patriarca Cirilo, el equivalente del Sumo Pontífice para la Iglesia ortodoxa rusa, que no se convirtiera en «monaguillo de Putin», por el apoyo que ha brindado a la invasión del Kremlin al país vecino.
Según confirmó Francisco en entrevista con el diario italiano IlCorriere della Sera, en marzo pasado sostuvo una conversación con su par ruso para tratar de que Cirilo, muy cercano a Putin, disuadiera al mandatario ruso de continuar la ofensiva.
«Hablé con él durante 40 minutos a través de Zoom», contó el papa, quien recordó que durante los primeros 20 minutos el patriarca le leyó, papel en mano, «todas las justificaciones de la guerra».