Grandes petroleras registran ganancias récord mientras los estadounidenses aún sufren por el precio de la gasolina.
Mientras los minoristas sufren por el alejamiento de los consumidores que ahora gastan menos, las grandes petroleras estadounidenses reportan ganancias récord, en medio de un escenario de incertidumbre con una inflación histórica, contracción y temores de recesión

Mientras la industria sufre por el alejamiento de los consumidores que dejaron de gastar ante la escala de precios, las grandes petroleras de Estados Unidos reportan ganancias récord durante el segundo trimestre del año.
Los reportes de las petroleras estadounidenses ExxonMobil, Chevron y Shell contrastan con los de prácticamente todos los demás sectores productivos nacionales; con los minoristas perdiendo en ventas y los grandes gigantes tecnológicos enfrentando la caída del valor de sus acciones.
ExxonMobil fue la que tuvo el mejor resultado trimestral, según su reporte de abril a junio, con ganancias $17,900 millones, desde su reporte de $5,500 millones de enero a marzo.
Mientras que Chevron casi duplicó sus ganancias en el segundo trimestre de este 2022, con un reporte de ingresos de $11,600 millones de dólares, frente a los $6,000 millones del primer trimestre.
Finalmente, el reporte de Shell mostró un crecimiento más discreto, pero que también dejó su reporte de ganancias en verde, con ingresos netos de $11,500 millones de dólares, desde los $9,100 millones del primer trimestre del año.
Los mayores ingresos de las tres grandes petroleras estadounidenses fueron impulsados por la escalada de precios del petróleo en todo el mundo y por el alto costo de la gasolina, que dinamitó el poder adquisitivo de los consumidores.
El conflicto militar de Rusia en Ucrania agudizó el abasto de petróleo en todo el mundo y puso los precios internacionales del crudo en las nubes, tocando históricos de casi $120 dólares por barril.
Aunque los precios del petróleo más altos se registraron durante los primeros tres meses del año, los impactos para las economías persistieron, en particular en Estados Unidos, en donde se trasladó al costo que los automovilistas pagan en la bomba.
Los altos precios de la gasolina en el país contribuyeron a las alzas inflacionarias de la primera mitad del año, principalmente en mayo, cuando el índice inflacionario se ubicó en 8.6%, y continuó en junio pasado con una tasa de 9.1% en el indicador interanual.
El precio de la gasolina fue uno de los tres componentes, junto con la vivienda y los alimentos, que más han contribuido a las alzas de la inflación, limitando la capacidad de compra de los estadounidenses y golpeando las ganancias de otras industrias como la minorista.
Aunque los precios de la gasolina han bajado en las últimas semanas y regresaron del techo de los $5 dólares en su promedio nacional, el daño a los bolsillos de las familias está hecho.
Pero también para otras industrias como la minorista, en cuyos reportes indicaron que los consumidores se están alejando de los anaqueles y sus hábitos de compra cambian ante la incapacidad de gastar en productos que no sean de uso básico.
En medio de este escenario en el que campea el temor de una recesión que, de hecho, para algunos economistas ya es evidente ante el dato de contracción del PIB del 0.9% del segundo trimestre, las grandes petroleras muestran sus reportes de ganancias.
La izquierda estadounidense ha levantado la voz tras conocer sus reportes de ganancias, particularmente por la falta de cumplimiento a promesas que hicieron sobre la recompra de acciones, lo que daría más valor a los accionistas.