Putin planea crear más bases navales rusas en territorios de sus países aliados

Vladímir Putin no quita el dedo del renglón en su interés por hacerle frente a los países de la OTAN.
Vladímir Putin no quita el dedo del renglón en su interés por hacerle frente a los países de la OTAN.
FOTO: MIKHAIL KIREYEV / AFP / GETTY IMAGES

Con el objetivo de reforzar su presencia militar en zonas que considerada vulnerables para sus intereses, el gobierno encabezado por Vladimir Putin dio a conocer que plantea construir bases militares en zonas donde se podría tensar todavía más su relación con Occidente, pero sobre todo con Estados Unidos, país al que califica como hostil.

Y es que el mandatario ruso ve como el “principal riesgo” para su Armada la carencia de suficientes bases fuera de sus fronteras que puedan recibir y abastecer a sus buques y realizar labores de reparación y mantenimiento técnico.

“Hemos marcado abiertamente las fronteras y zonas de los intereses nacionales de Rusia, tanto económicas como estratégicas, que son vitales. Garantizaremos su defensa de manera firme y por todos los medios”, señaló Putin durante el Día de la Armada en San Petersburgo.

Por ello, impulsará la construcción de instalaciones militares en el mar Mediterráneo, la región de Asia-Pacífico, el océano Índico y el Golfo Pérsico, todo ello como parte de su nueva doctrina naval.

Asimismo, el Kremlin reforzará la presencia de su flota en la base naval de Tartus, en Siria, pero además pretende desarrollar centros de mantenimiento naval en países africanos y de Oriente Medio.

Rusia pretende estrechar su cooperación militar-naval con la India, Irán, Arabia Saudí e Irak, pues acusa a Washington de perseguir la “hegemonía incontestable” de su Armada, lo que va acompañado de pretensiones territoriales de costas e islas rusas, el acercamiento de la infraestructura de la OTAN y el incremento de las maniobras navales.

Bajo este planteamiento, también se propone acelerar y diversificar sus actividades en aguas árticas desde los archipiélagos de Nueva Zembla, Francisco José y Svalbard (de soberanía noruega), o la isla de Wrangel, ya que una de sus prioridades será convertirse en uno de los líderes en exploración y explotación de los recursos del territorio ártico, especialmente de la plataforma continental rusa.

La nueva doctrina naval rusa destaca que “las zonas importantes” donde su flota debe garantizar los intereses nacionales desde el punto de vista económico y de la seguridad nacional y estratégica son: los mares Negro y Azov; el Mediterráneo oriental; el Báltico y la zona de las islas Kuriles (cuya soberanía reclama Japón), y los ejes de comunicaciones marítimas hacia los continentes de Asia y África.

Otra de las prioridades es reforzar el potencial de la Flota rusa del mar Negro y fortalecer la infraestructura militar-naval de la anexionada península de Crimea y de la región de Krasnodar.

Tanto los portaaviones de la Armada como los buques de gran tonelaje para la exploración del Ártico se construirían en futuros astilleros del lejano oriente ruso, con capital en Vladivostok, señala la doctrina, que sustituye a la aprobada en 2015 tras la anexión de Crimea, que deterioró en gran medida las relaciones entre Putin y Occidente.

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