PabloMedina. AGENDA DE TRUHANES

Entre las tantas cosas que comparte el régimen de Venezuela con su oposición electorera es el
gusto, la preferencia de ambos, por la fulana Agenda 2030.

Un lindo cuento de hadas con fuerte aroma de permisividad selectiva, solo para aquellos países
cuyos ciudadanos ya tienen de todo lo que se requiere para llevar una vida bien chévere. Mientras
que, para el resto del gran mundo de pela-bola, hay que ingeniárselas en preservar el ambiente y ver
como carajo es que algún día, las personas que viven amuñuñadas en el mundo pobre, consiguen el
milagro de llevar una vida que valga la pena.

O sea, restricciones en el uso del tipo de energías y tecnologías en general para los países pobres o
en vías de desarrollo, y un “si te he visto no me acuerdo” para las grandes economías desarrolladas
que finalmente decidieron no ensuciar más sus casas. Como siempre, prefieren dejar su mugre en
otros lados.

Pero la parte que régimen y oposición más comparte de la Agenda 2030 en Venezuela es aquella
que tiene que ver con la aceptación de las “nuevas identidades y preferencias sexuales”, que están
tan de moda. El matrimonio entre individuos del mismo sexo, la legalización del aborto y la
convivencia “bonita” entre las diferentes fe y religiones que práctica el ser humano… al menos en
Occidente.

Porque, valla usted a construir una Iglesia Cristiana, o católica o del culto que sea en Irán, o en los
Emiratos, o en Qatar. En menos tiempo que le lleva a un tonto espabilarse, ya está preso. Y
segurísimo con penas de varias docenas de latigazos, si es que corre con buena suerte.

Pero fíjense ustedes que casualidad. En una de las tantas peroratas insufribles que el colombiano
Maduro obliga a los cuatro gatos que le paga para que le hagan barra, hace un anuncia
importantísimo.

El régimen, supuestamente respetando las líneas maestras de la Agenda 2030 de la ONU, amenaza
con crear un ministerio para asuntos religiosos y cultos. Además, otra de las porquerías de
universidades sin pies ni cabeza, esta vez una Universidad Interreligiosa. Sabrá usted lo que quieran
decir con eso.


Ya todos sabemos que estos bandidos no dan puntada sin dedal. Para mí es que están tratando de
meterle al venezolano el chip para que se cale el bojote de musulmanes invasores que están dando
vueltas y vueltas por toda Venezuela, dedicados al terrorismo y a saquear nuestro territorio y sus
riquezas.

Entre tanto, por solo contar una partecita del verdadero drama venezolano que ni Maduro ni a
muchos de la oposición les parece preocupar: los empleados activos de SIDOR reciben unos
ingresos promedio mensuales del 30$, mientras que los jubilados de esa empresa apenas llegan a los
10$.

Y, todo en bolívares, por su puesto. Para ellos, para venezolanos de verdad-verdad cada día,
cada rato, los sueldos y las pensiones que reciben valen menos.

¡Y, para esos venezolanos ni existe tolerancia, ni agenda 2023, ni universidad interreligiosa ni un
carajo excepto hambre y necesidad de huir del país!

¡Por favor!

Por eso, Dios, Venezuela Libre y Cese de la Ocupación

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