El exministro Santiago Peña economista y de derecha es el nuevo presidente de Paraguay

 

                                                                                                            Santiago Peña ganó las elecciones con el 43 % de los votos. Foto: NORBERTO DUARTE/ AFP

A sus 44 años, esta fue la primera vez que Peña participó en una elección nacional. Su única experiencia anterior había sido en 2017, cuando perdió la postulación presidencial en las primarias coloradas frente al actual mandatario, Mario Abdo.

Alto y de porte atlético, Peña es considerado como un tecnócrata con una brillante carrera académica, pero poca experiencia política.

Su ingreso a la política llegó de la mano del exmandatario Horacio Cartes (2013-18), hoy sancionado por Estados Unidos como «significativamente corrupto», quien lo afilió al Partido Colorado y lo tuvo como ministro de Economía. Para atacarle, sus adversarios le llaman «el secretario de Cartes».

Pero él parece no sentirse afectado. «Es alguien muy sereno, impresiona su tranquilidad», dijo a la AFP uno de sus colaboradores.

 

Estudios y familia

 

En la sala de su elegante casa de Asunción se exhiben sus fotos abrazado con su esposa, Leticia Ocampos, con quien se casó cuando eran adolescentes luego de que ella quedó embarazada.

 

Además de ese hijo, hoy de 26 años, la pareja tiene una chica de 17.

«Fui padre a los 17 años. Fue un momento duro en la vida. No fue planificado, pero me llevó a construir sobre principios muy sólidos del compromiso, de la responsabilidad, de la honestidad, de la integridad, del saber que hay gente que depende de uno. Y sin darme cuenta, con 17 años empecé a desarrollar una vocación de servicio«, aseguró.

 

Peña recuerda que las familias de ambos los ayudaron y que su padre lo impulsó a seguir estudiando. Reconoce también el apoyo de su madre y de sus dos hermanos mayores.

Así, pudo ir a la Universidad de Columbia en Nueva York y trabajó durante un tiempo para el Fondo Monetario Internacional. También formó parte del directorio del Banco Central de Paraguay.

Dice que durante la campaña electoral recibió «un gran soporte familiar».

«Tengo un núcleo familiar maravilloso que me ha acompañado, que ha sido una contención en todo este período», comentó en una entrevista con AFP. Rechaza la legalización del aborto porque le parece «lo más fácil, un atajo».

Y se declara decidido a defender la familia «en su composición tradicional: mamá, papá e hijos».

Intento fallido

 

Su salto a la política se materializó en 2017, cuando inscribió su precandidatura presidencial para las internas de ese año del Partido Colorado con el respaldo del movimiento Honor Colorado, que encabeza Cartes.

Siete meses atrás se había afiliado al coloradismo como integrante del gabinete del ahora ex mandatario, con lo cual renunció al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), del que formaba parte desde los 18 años sin ejercer la militancia y con el que asegura no se identificó ya en su etapa adulta.

Y aunque perdió en las internas de 2017 frente a Mario Abdo Benítez, el actual preidente, Peña afirmó que sabía entonces que su rol «no podía estar definido por un resultado electoral».

En los últimos cinco años, según su perfil en la red profesional Linkedin, ha formado parte de la junta de directores del Banco Basa, cuya principal accionista es Sarah Cartes Jara, hermana del exmandatario.

El próximo 15 de agosto, Santiago Peña se convertirá en el nuevo presidente de Paraguay, formando dupla con el hasta ahora diputado Pedro Alliana, quien asumirá la vicepresidencia.

Taiwán, Jerusalén, empleo, dictadura

Peña ha dicho que preservará las relaciones diplomáticas con Taiwán, pese a los cuestionamientos de sectores productivos, especialmente de la agroindustria y la ganadería, que piden abrir las exportaciones a China.

También aseguró que lo une «un lazo de hermandad enorme con Israel» y se propone mudar nuevamente la embajada de Paraguay a Jerusalén, una medida que en consonancia con Donald Trump había tomado Cartes al final de su gobierno y que el actual presidente Mario Abdo revirtió.

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Aunque durante la campaña no presentó un programa de gobierno, una de sus principales promesas fue la creación de 500.000 empleos. 

Y en un país que sufrió una de las dictaduras más largas de América Latina, la de Alfredo Stroessner (1954-89), ha sido criticado por declarar que este aportó «estabilidad» al país.

«Creo que Stroessner rompe con el ciclo de inestabilidad política», dijo a la AFP. «Lastimosamente se cercenaron, se coartaron muchas libertades y derechos humanos con el pretexto de la estabilidad», completó.

 

Santiago Andrés Venera Salazar REDACCIÓN INTERNACIONAL
*Con información de AFP y EFE

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